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Arquitectos: Jorge Almazán, Keio University Studiolab
- Área: 43 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Kurome Photo Studio
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Proveedores: Mizumoto Machine, NISSA, TRUSCO, Teijin Co.,Ltd.
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Este proyecto es un pabellón temporal para mejorar las interacciones sociales informales entre los estudiantes del campus Hiyoshi de la Universidad de Keio (Yokohama, Japón). La pandemia demostró la importancia de la interacción cara a cara. Su disminución radical a lo largo de tres años (desde abril de 2019 hasta abril de 2022) afectó negativamente a la motivación, el rendimiento académico y la salud mental de los estudiantes. Al reanudarse las clases presenciales en abril de 2022, iniciamos una serie de proyectos para proporcionar espacios adicionales fuera del aula y verificar sus beneficios para los estudiantes. Este proyecto representa el paso inicial de esta iniciativa.
El pabellón ocupa el antiguo emplazamiento del 5º edificio, que fue demolido en noviembre de 2011. Desde entonces, y a pesar de algunos elementos de jardinería, el sitio ha permanecido principalmente en desuso. Sin embargo, la zona tiene un potencial considerable como espacio de interacción social. Los estudiantes pasan con frecuencia entre clases y se reúnen para almorzar alrededor de los carritos de comida estacionados en el área durante los descansos para el almuerzo.
Nuestra propuesta pretende mejorar este lugar añadiendo un pabellón temporal. Ideamos un espacio de descanso de madera, rentable y a pequeña escala, que los estudiantes podrían construir con la supervisión de un contratista profesional. El diseño consta de cuatro bancos dispuestos para fomentar la interacción. Sobre los bancos, insertamos marcos de madera y les adjuntamos telas de malla triangular dispuestas en un patrón de cuadros. Las telas proyectan sombras suaves y dejan pasar el viento, evitando una presión excesiva. Todos los materiales y elementos de carpintería son reciclables y pueden reutilizarse.
El reto de las estructuras ligeras y temporales reside en su resistencia a la presión del viento, sobre todo en Japón, donde los fuertes vientos y los tifones son una seria amenaza. Como cimientos, escondimos bolsas llenas de guijarros bajo los bancos firmemente unidos a los armazones del pabellón. Con este planteamiento, evitamos costosos trabajos de cimentación y facilitamos el futuro desmontaje del pabellón temporal.
Los estudiantes que participaron intervinieron activamente en todas las fases del proyecto, desde la concepción del diseño y el desarrollo del prototipo hasta la construcción final y el mantenimiento. Un total de 15 estudiantes construyeron el pabellón a lo largo de 12 días en pequeños grupos, con la supervisión regular de un constructor profesional que impartió formación para garantizar un trabajo eficaz y seguro. No se utilizó maquinaria pesada. Los alumnos montaron los armazones en el suelo y los levantaron e insertaron en la estructura con sus propias manos. Para los elementos estructurales de madera sólo se utilizó madera local de cedro japonés (sugi), con secciones cuadradas de 60 x 60 mm y una longitud máxima de 3,6 m. Estas dimensiones y la ligereza de la madera de sugi hicieron que cualquier pieza fuera fácil de manejar por una o dos personas.
Para simplificar la estructura, evitamos los cortes diagonales e implementamos un diseño triangulado. Con esta triangulación, todas las juntas están articuladas y pueden fijarse con sólo dos tornillos por junta. Los estudiantes sin experiencia previa en construcción podían insertar los tornillos fácilmente utilizando destornilladores eléctricos de impacto.
El pabellón se ha convertido en un nuevo punto de interacción desde su inauguración en la primavera de 2023. Demuestra el potencial de colocar estratégicamente edificios pequeños y baratos en lugares infrautilizados para promover intercambios y actividades informales. También pueden aplicarse métodos similares a los sitios vacíos que se encuentran en muchas ciudades. El método de construcción participativa utilizado en este proyecto redujo los costes al tiempo que potenció el sentido de comunidad y la responsabilidad medioambiental entre los participantes. Esperamos que este método pueda servir de inspiración no sólo para otros campus, sino también como herramienta para crear pequeños espacios de reunión que fomenten la participación ciudadana en barrios desatendidos.